Entrada del epígrafe 1.2. “El enfoque cultural aplicado a los medios audiovisuales y su contextualización histórica”.

Todos estamos acostumbrados desde siempre a que las series y películas de superhéroes acaben bien y sean algo ameno que ver (ya que siempre gana el héroe). Nunca esperaríamos nada malo de este ser puesto que es una figura ejemplar que todo el mundo desea seguir. Esto lo podemos ver en sagas como Superman (1938), Batman (1915) o Spiderman (1962).

En este caso es todo lo contrario ya que la serie realizada por Amazon llamada The Boys rompe todo tipo de reglas establecidas en el mundillo de los superhéroes, haciendo una sátira de la violencia extrema, el machismo, el sexismo y los conflictos políticos e ideologías nacionalsocialistas, entre muchas otros temas.

Si bien su propósito es simplemente entretener, la serie opta por otro enfoque y no se centra tanto en los superhéroes como cabría esperar. En vez de eso se elige un punto de vista más original en el que los protagonistas son un grupo de humanos normales y sin poderes que pretenden desenmascarar todos esos aspectos malignos que he mencionado anteriormente (eso sí, relacionados con los superhéroes).

La “gracia” (por decirlo de alguna manera) es que estos superhéroes se hacen ver como personas increíbles y como ejemplos a seguir incluso dentro del mundo ficticio que están protagonizando, aunque la realidad sea mucho más cruel y bizarra. Los espectadores de hoy en día se han cansado de los superhéroes que siempre vencen a los malos y es por eso que muchas productoras optan por crear o adaptar este tipo de obras audiovisuales para dar un empuje y una “reinvención” a este género, aunque está claro que no es apto para todos los públicos.

Otro aspecto importante es el nivel técnico, las productoras de los inicios de este género tenían muchas opciones para realizar sus películas y series pero en la actualidad, aspectos técnicos como lo son los efectos especiales de aquella época quedan raros e incluso cutres. The boys no tiene los mejores efectos especiales pero los que utiliza no son malos ni quedan anticuados como lo serían en una serie B (como ocurre a veces en este tipo de series, véase The Flash, 2014).

La ética dentro de los acontecimientos es dudosa y la fortaleza de The Boys recae en un punto de vista pesimista en el que la mirada de una sociedad desencantada se cierne sobre unos ídolos falsos. En esta obra no veremos un Superman bueno y perfecto como un dios, sino un Patriota psicópata y egocéntrico que, según él, es un dios.

Otro tema que se recurre es  la sexualización de la heroínas, pero en este caso (y dentro del propio mundo ficticio) ellas luchan y se esfuerzan para que esto no ocurra; además (sin entrar en spoilers) son la clave para desenmascarar un status quo basado en la corrupción. Los paralelismos con la actualidad y con referencias a temas como el abuso sexual son tan evidentes y marcadas que la convierten en una serie necesaria, además de entretenida.

The Boys es un producto que indudablemente bebe de otros grandes éxitos como Juego de Tronos (2011) y Breaking Bad (2008) puesto que usa giros de guión imprevisibles que sorprenden al espectador. Sin lugar a duda lo más inquietante es el mensaje de la serie: una crítica a la creencia ciega en ciertos individuos o asociaciones que creemos bondadosas, cuando realmente son egoístas, oscuras y miserables. En la historia lo suelen ligar sobre todo a los grupos de derechas, conservadores, nazis y religiosos. Dentro de la actualidad que nos rodea, es interesante que una serie se atreva a decir que los supervillanos no son siempre tan evidentes, y a veces se esconden en campañas de intenso lavado de imagen.

Hay que añadir que la serie es una adaptación de un cómic con el mismo nombre surgido en 2006 y creado por los autores Garth Ennis y Darick Robertson. En el producto audiovisual hay que remarcar que los encargados de Amazon se toman algunas libertades y cambios a destacar por ejemplo el de cambiar el género a algunos personajes importantes como lo son Stormfront o sin ir más lejos el protagonista (el cual en los cómics es el padre del protagonista de la serie).

En general, The Boys supone una apuesta alternativa y arriesgada en la que el espectador encontrará muchas lecturas distintas, pudiendo elegir la que más le convenga. Además la historia presenta varios giros de guión en los que se oscila entre una irrelevancia y una crítica hacia los abusos de poder en el mundo del siglo XXI. En este caso estamos ante una trama donde los superhéroes no son más que productos pervertidos de la rueda económica, herramientas que sirven a mayores con fines lucrativos, crueles o incluso sexuales. Todo esto, por contradictorio que parezca (puesto que los superhéroes de hoy en día se suelen asociar a un público jóven o infantil inexperto), le da un aire nuevo al género de superhéroes en el que un millar de historias más se pueden contar o donde más “reinvenciones” pueden surgir.

En mi caso he decidido realizar este tema porque me parece atractivo e interesante. A pesar de que la serie es una sátira y utiliza muchos temas mencionados de forma cómica no hay que olvidar que es una serie de superhéroes y cualquier reinvención o cambio relacionado con una crítica a la sociedad actual es una idea original.