5.3. Ciberespacio, cibercultura y medios de comunicación
Siempre se ha dicho que la información es poder, que históricamente significa que aumentan las probabilidades de sobrevivir, mejorar o tomar la decisión correcta si se dispone a tiempo de la información necesaria. El tipo de información seleccionada es útil para que un partido político alcance su mayoría esperada, también es imprescindible para que el pueblo decida cuales son esos partidos políticos que “representan” sus valores o que “defienden” sus intereses. Pero la ausencia de información también puede determinar que dos pueblos libren una guerra creyendo cosas que no son.
Si la información es un poder muy valioso, la ausencia de ella o lo que es peor, información errónea a propósito, es un arma muy peligrosa. Por ello, podríamos decir que la información es un arma de doble filo. Aquí es donde entra la desinformación, esa información falsa o engañosa que se difunde de manera intencionada para engañar e intentar manipular las creencias, emociones y opiniones del público en general. A lo largo de la historia se ha podido comprobar cómo el dominio de la información que consumía un pueblo era imprescindible para hacer de él lo que quisieran, como por ejemplo Hitler cuando establecía lugares para que la gente consumiera radio, pero que esa radio solo distribuía información a favor de él y de su “causa”. O simplemente el hecho de que tuviese a una persona encargada solo de la propaganda de su partido ya da qué pensar.
Un ejemplo reciente de desinformación en conflictos bélicos es la invasión de Rusia en Ucrania. El mundo en general desconoce toda la información que ha llevado a que cada uno de los dos países tome la posición que ha tomado, o gente que no entiende por qué la OTAN no hace nada. El periodismo supuestamente es el arma o herramienta que tiene el pueblo para combatir contra esa desinformación, pero digo supuestamente porque realmente no nos llega toda la información. O bien porque ni ellos la tienen o porque hay otros intereses ocultos. Pero el ser humano es curioso por naturaleza y el saber qué ocurre a nuestro alrededor es una necesidad que todos compartimos. Y aquí es donde entran las nuevas tecnologías. Estas que nos permiten interconectarnos con todo el mundo nos han facilitado combatir a la información engañosa, aunque también hay que tener cuidado porque las redes sociales están contaminadas. En el conflicto mencionado anteriormente es un claro ejemplo de lo que estoy comentando. Por una parte, tenemos la censura en Rusia, la desinformación en el resto del mundo por ambos países (y digo esto porque no tenemos las respuestas a muchos de los actos que se han llevado a cabo tanto por Ucrania como por Rusia) o el hecho de que la OTAN no pueda hacer nada… gracias a videotutoriales en YouTube, vídeos y fotografías por las redes sociales entendemos mucha más información que la que realmente nos cuentan, como por ejemplo en televisión. Nos permiten averiguar o que nos expliquen que hay tratados que impiden que la OTAN entre en conflicto directo con Rusia (por el momento) o que Ucrania no pueda entrar en la OTAN por diversos acuerdos firmados hace muchos años. Y que ante esta petición y deseo, el presidente Putin se niegue y haya impuesto una solución nada pacífica son cosas que yo por ejemplo desconocía y que he descubierto por plataformas mencionadas anteriormente de gente experta en el tema. Pero, por otro lado, tenemos un caudal abundante e infinito de información que nos llega mismamente por el móvil. En mi entrada anterior del blog, ya mencionaba los beneficios y peligrosidades del periodismo ciudadano, y en este caso es lo mismo, ya que todas las personas usamos estas tecnologías para combatir contra esa censura/desinformación, aunque muchas veces no nos damos cuenta y favorecemos o compartimos bulos contaminando así las redes sociales.
El conflicto Ucrania/Rusia también ha traído consigo su propia contaminación y sus propios bulos, como por ejemplo el del tanque. Este, es un vídeo en el que se ve un tanque que desvía su dirección para aplastar un coche civil ucraniano que se dirigía en dirección contraria. En este caso corrió la voz de que el tanque era ucraniano. Resultó ser un bulo, pues el tanque era ruso. O fotografías que han viajado por las redes haciéndose pasar por verdaderas, y resultaban ser fotogramas de películas. O por ejemplo que un propio medio de comunicación, como ha sido el caso de ‘Espejo Público’ (programa español de Susana Grisso de la cadena Antena 3) que utilizó imágenes del videojuego Arma 3 para “mostrar” uno de los bombardeos en Ucrania. El exceso de información engañosa y errónea también es muy peligroso, que puede llegar a incitar a las masas a tomar decisiones equivocadas y radicales, ya que si su base está cimentada por mentiras y manipulaciones es imposible que las reacciones del pueblo a partir de ellas sean buenas o constructivas.
Pero lo que sí han permitido estas nuevas tecnologías es que llegadas estas situaciones los pueblos de diferentes países podamos unirnos. Es el caso de un grupo de feministas rusas que han organizado redes de resistencia contra la guerra. Su canal de comunicación es una web conectada a Telegram, donde hicieron una primera publicación en la que condenaban la intervención militar en Ucrania y llaman a las feministas de todo el mundo a manifestarse contra la guerra. No debemos olvidar el sistema patriarcal que Putin lleva por bandera y los “valores tradicionales” que son el objetivo por los que ha organizado esta guerra. Por ello todas esas personas que participan en el movimiento feminista van con cuidado de no ser descubiertas, porque debemos recordar que, como en todas las guerras existe censura y Putin ha aprobado una ley que bloquea medios extranjeros y encarcelará o matará a aquellos que se atrevan a ir en contra de su gobierno.
Años atrás, la manipulación o censura recaía mayoritariamente en la radio y televisión, que fueron herramientas muy potentes para conducir a la población como si de un rebaño de ovejas se tratase. Es más, el triunfo de algunas guerras o movimientos se dio por una excelente campaña de propaganda, y ojo, con excelente no me refiero a un trabajo impecable, moral y ético, sino todo lo contrario. Me refiero a un mentiroso que ha sabido cómo mentir, lo ha llevado a cabo y todos se han tragado sus mentiras. Sin embargo, si volvemos a la actualidad seguimos contando con la radio y televisión que siguen teniendo un gran público, pero que también han sido un poco relegadas por móviles, tablets, ordenadores… con acceso a internet. Este gran cambio permite comprobar que, en una guerra sin tecnologías, donde el flujo de la información viaja en un único sentido, es más fácil manejar a la población. Mientras que en una sociedad donde el flujo informativo viaja en muchas direcciones y además existen más herramientas, la censura y la manipulación se convierten en todo un reto para aquellos interesados.
Toda guerra político-económica lleva intrínseca la guerra de información porque como decíamos al principio, la información es poder, y aquel que maneje la información y por consecuencia al pueblo tendrá el poder. Pero ahora que estas nuevas tecnologías hacen acto de presencia, se hace difícil que no se creen unas nuevas guerras que caen dentro de la Guerra de Información. Según algunos autores, existen siete formas de guerra que caen dentro de esta, y son: guerra de mando y control, guerra basada en inteligencia, guerra electrónica, guerra psicológica, guerra de «hackers», guerra de información económica y guerra cibernética. Guerras que se llevan a cabo por los mismos dispositivos por los que hacemos apuntes para estudiar o por los que buscamos un videotutorial para hacer una tarta de queso. Esto lo vemos reflejado en la declarada ciberguerra de Anonymous contra Putin en la que se ha amenazado con revelar sus secretos, y que, además, hackers afines a este han atacado una web de la agencia espacial rusa.
Ahora las tecnologías forman parte directamente de las guerras, interpretando un papel crucial para la información de la que se nutre la población, pero también como arma de los de arriba. De esta manera, controlar los medios de comunicación se convierte en una de las primeras tareas a realizar por parte de los mandatarios que quieren manipular a la gente y conquistar otros países. Si llegados a este punto no te crees lo que digo, reflexiona por qué Rusia ha bombardeado la antena de televisión de Kiev (Ucrania) consiguiendo así que no funcionen los canales de televisión. ¿Coincidencia?
(Antena de televisión de Kiev bombardeada)
Bibliografía:
https://cvc.cervantes.es/lengua/refranero/ficha.aspx?Par=58864&Lng=0
https://es.wikipedia.org/wiki/Desinformaci%C3%B3n
https://www.newtral.es/bulos-rusia-ucrania-conflicto/20220224/
https://revistamarina.cl/revistas/1996/5/jminolettio.pdf
file:///C:/Users/Elena/Downloads/Dialnet-ComunicacionTelevisionYGuerra-5263621.pdf