1.1.- Historia y evolución de los medios audiovisuales (segunda mitad del S.XX y S.XXI) 

El cine tiene infinitas formas, puede ser más colorido o más apagado, romántico o de suspense, en distintos formatos, en 2D o 3D y un largo etc. Y no solo varía en cuanto a contenido o medio de expresión, también puede variar por ejemplo en duración. De esas variaciones en cuanto al tiempo que dura un producto audiovisual podemos hablar de largometrajes o de cortometrajes.

Y este último término es el principal en esta entrada. Se considera cortometraje a toda aquella película cinematográfica con una duración que no supere los 35 minutos. ¿Es posible contar una buena historia que llegue al espectador y que impresione por su técnica y estilo? Pues la respuesta es bastante sencilla y la historia lo demuestra, sí.

Aunque normalmente se dispone de un presupuesto muy limitado y el tiempo es bastante inferior al de un largometraje, el fin es exactamente el mismo y mediante la creatividad y la técnica se pueden contar muchas historias en muy poco tiempo. Este género sin duda es el más experimental del cine y el que propicia el impulso tecnológico, estilístico y técnico de la industria cinematográfica.

Los personajes deben ser convincentes, concisos y deben de estar muy bien construidos y pensados, al igual que la elección de los escenarios y el estilo visual y narrativo del corto. Puesto que con el tiempo del que se dispone para contar la historia todo debe ser bastante directo y debe tener un gran significado.

Cada plano es oro y su intención debe dar lugar a una correcta interpretación de lo que se muestra en pantalla. Ya no por lo que se nos pueda estar contando de forma literal a través de diálogos o narración, sino por lo que la propia composición, color, forma o angulación del plano nos pueda querer decir a través de metáforas o efectos visuales.

Uno de los grandes ejemplos de la afirmativa respuesta a la pregunta anteriormente formulada podría ser Viaje a la luna, (George Méliès, 1902). Este cortometraje es para muchos una de las primeras grandes películas de la historia del cine, y no es para menos puesto que su estilo técnico, efectos especiales y visuales abrieron la puerta del cine de ciencia ficción  y fantasía.

Edwin S. Porter en 1903 asombró al mundo con Asalto y robo de un tren. Ya que aunque quien sentó las bases de lo que se conoce comúnmente como cine de ciencia ficción a nivel técnico, el verdadero padre de este género como tal es Edwin. El cortometraje, de 8 minutos de duración, resultó muy novedoso por los avances técnicos que mostraba y por incluir un nuevo género a la industria, el western. Pero sin duda el gran avance que ofreció esta película fue el uso del montaje, que permitía algo tan simple como ver escenas que se graban en distintos escenarios de forma continuada permitiendo seguir la historia.

Más adelante un auténtico genio como Charles Chaplin perfeccionó con su estilo propio tan característico el cortometraje como tal. Aunando de forma muy audaz crítica social, humor y cercanía. De entre todos los cortometrajes realizados por el artista uno de los más importantes es sin duda Charlot emigrante, (Charles Chaplin, 1917).

De un corte similar a los cortometrajes realizados por Chaplin eran los de Buster Keaton, que junto con Edward F. Cline produjeron en 1920 Una semana. El corto narra la historia de una pareja de recién casados que deben montar su hogar de forma totalmente literal, utilizando las piezas de ese gran rompecabezas que finalmente será el lugar en el que ambos vivirán juntos como medio del discurso narrativo del filme.

En clave nacional, Luis Buñuel introdujo el surrealismo de forma teatral y artística con  Un perro andaluz, al igual que Buster Keaton en 1920. Su gran obra, (considerada de culto) nació de la imaginación y ambición de dos genios como él y Dalí. La inspiración de Buñuel en este último es evidente y llevó al filme a distinguirse entre todo lo que se mostraba en aquel momento. Se escribió el guión en una semana tratando de alejarse de todo discurso racional apegándose a la fantasía y a los sueños de ambos genios.

Pero no sólo podemos centrarnos en los clásicos. El paso del tiempo y la digitalización y la llegada del internet han hecho, (especialmente este último), que los cortometrajes recuperen su terreno y se distribuyan de forma más ágil y rápida. Devolviendo a los grandes cineastas de la actualidad su ilusión y ganas de regresar a este género y explotarlo.

Christopher Nolan comenzaría sus andaduras en el cine precisamente con un cortometraje llamado Doodlebug, en 1997. El afamado director de ciencia ficción mostraría su talento y de qué es capaz con un corto del mismo género en el que un hombre persigue a algo en una habitación en la que se encuentra completamente solo.

Martin Scorsese con  Clave reserva, 2007, que fue producido tras el descubrimiento de un guión incompleto del mismísimo Alfred Hitchcock, con el que el autor se deleita tratando de asemejarse al estilo de su creador de forma refrescante y novedosa incluyendo obvios toques personales.

El conocido Wes Anderson en el mismo año presentaría Hotel Chevalier, que serviría como prólogo/ spin off de la historia de uno de los personajes de su película Viaje a Darjeeling. Un ejemplo más de cómo un corto puede contar una historia de distintas formas a cómo lo hace un largometraje y además complementando a este último.

Por último no podemos dejar de lado la evidente y gran influencia de Pixar en el género de los cortometrajes. Sus cortos de animación dieron lugar posteriormente al cine de animación convencional.

Todo comenzaría en 1908 con Fantasmagorie, el considerado primer cortometraje de animación de la historia. Tenía una duración de un minuto y veinte segundos, su autor Émile Cohl, hacía referencia a un instrumento para “proyectar fantasmas” en aquella época, el “fantasmógrafo”.

De ahí surgiría la inspiración para muchos, entre ellos para el estudio Pixar, que con cortometrajes como Geri´s game, Knick Knack, Tin toy o Luxo Jr, darían lugar al cine de animación total. Ellos mismos sacarían posteriormente spin offs de sus personajes a través de pequeños cortos de los mismos que introducían en las propias películas como material extra.

La perfección en hasta el más mínimo detalle les llevó a ganar numerosos premios. Ejemplo de esta mencionada perfección viene en casos como el movimiento del pelo de los personajes en películas como Monstruos S.A, o en cortos como Pájaros. Pulían la técnica en los cortos para posteriormente aplicarla en sus largometrajes.

Es por todos estos ejemplos a lo largo de la historia y por la creatividad, técnica y por su innovación constante que se sabe a ciencia cierta que son un género indispensable y absolutamente imprescindible en la historia del audiovisual.

Bibliografía

https://www.redpiso.es/news/los-mejores-cortos-de-la-historia-del-cine-i/

https://www.redpiso.es/news/los-mejores-cortos-de-la-historia-del-cine-ii/

https://www.redpiso.es/news/los-mejores-cortos-de-la-historia-del-cine-iii/

https://www.escueladesarts.com/blog/cortometraje-pequena-gran-historia/

https://www.encadenados.org/rdc/rashomon/97-no-69-pixar/2440-la-historia-de-pixar-a-traves-de-sus-cortos