5.3. Ciberespacio, cibercultura y medios de comunicación

La creación del cine es un hito histórico y supuso una revolución en el mundo entero. Cambió muchas cosas y en general como se veía el mundo. Una de las mayores cosas que revolucionó sin quererlo fue el mundo de la publicidad. Sin saberlo, los hermanos Lumière, establecidos como los creadores del cine como lo conocemos hoy en día, crearon una nueva capacidad de marketing.

A partir de la aparición de productos en la gran pantalla la gente se interesaba por ellos y estos se vendían más. Todos alguna vez hemos visto películas y hemos suspirado por sus coches, o sus zapatos, o sus trajes… Esta publicidad nos crea un deseo, es decir; una demanda y esa demanda es la que buscan las empresas para que su producto triunfe en el mercado.

¿Un gran ejemplo? Coca-Cola. Esta marca de refrescos es muy conocida por sus spots publicitarios que llaman la atención del público. En innumerables películas como la famosa saga de “Misión Imposible”, podemos ver a los personajes bebiendo esta marca de refrescos y haciendo publicidad subliminal. También las marcas de ropa y zapatos realizan sus campañas de marketing así. En la gran pantalla podemos ver marcas como Nike que mediante vestir a los protagonistas con su marca crean una moda. En el largometraje “Forrest Gump” el protagonista lleva el modelo “Cortez” de Nike. La fama que le ha dado la película a las zapatillas ha supuesto que estas se comercialicen desde hace 50 años y que hoy en día sigan estando de moda.

Las marcas de coches tampoco se quedan atrás, y es que no es muy difícil identificar un coche por su apariencia: un Fiat 500 muchas veces se ha considerado directamente como “el coche de la Barbie” o el conocido Jeep blanco de Cher en la película “Clueless”, por no hablar del Lotus Spirit que sale en Pretty Woman… Ha llegado a tal punto que los coches han identificado a las películas, todo el mundo sabe que si hablamos del DeLorean hablamos de la película “Regreso al futuro” y de su máquina del tiempo.

Pero el marketing no acaba ahí. Tarantino en sus películas utilizaba una marca de tabaco inventada por él y que no existía: Red Apple. Esta marca ficticia aparecía en casi todas (por no decir todas) sus películas. ¿Cuánto dinero se podría haber recaudado si se hubiera publicitado una marca real de tabaco? Si tenemos en cuenta que las películas de Quentin Tarantino son conocidas en todo el mundo y consideradas obras maestras, la marca de tabaco que sustituyese a Red Apple en todas las escenas en las que sale esta pagaría millones por ese tipo de publicidad. Entonces, ¿qué le lleva al director a crear esa marca nueva y ficticia? Publicidad. Red Apple está relacionado directamente con Tarantino y ver el conocido logo de la cajetilla amarilla con la manzana roja en el centro y el gusano verde saliendo de ella recuerda directamente a sus creaciones. Todo, al fin y al cabo, es publicidad de algo o nos recuerda a algo.

De aquí sale la publicidad subliminal: te muestro una camiseta con el logo de Red Apple para que te acuerdes de Tarantino y de sus películas y, seguramente, te cree la necesidad de verlas. O que en una película aparece uno de los personajes bebiendo una Fanta así que creo en ti la necesidad de consumir mi producto; incluso sin la necesidad de que veas mi marca, al ver un líquido naranja con burbujas la asociación en tu cabeza se produce sola.

Pero la publicidad subliminal no termina ahí; esta publicidad se ha utilizado para tallar y moldear mentes de la manera en la que los productores o los creadores de largometrajes han querido. Utilizando los sentimientos humanos, la empatía y apelando a la parte más vulnerable de las personas, el cine nos ha manipulado nuestros pensamientos y opiniones como han querido llegando a utilizarse en motivos políticos. Remontándonos a la 2ª Guerra Mundial Hitler contaba con el apoyo de una serie de películas que se utilizaban para mostrar al pueblo alemán que los buenos eran ellos. Metrajes como “El judío eterno” de Fritz Hippler denigraba a los judíos y “El triunfo de la voluntad” de Leni Riefenstahl enaltecía a Hitler y a su partido. Mediante esta publicidad subliminal las mentes de los alemanes se moldeaban a gusto de las personas con poder.

Ahora mismo estarás pensando que eso, actualmente, no pasa, pero te equivocas. Tal vez no en la misma medida ni con unas consecuencias tan devastadoras como las de la 2ª Guerra Mundial, pero sigue pasando hoy en día que el cine nos moldea y nos crea un juicio de valor ante el mundo. Nunca habéis oído la típica frase de “es el bueno, no puede hacer algo mal” o “los americanos siempre son los buenos” y es verdad. El cine de Hollywood ha creado una serie de películas durante los años en las que los protagonistas son americanos blancos que siempre son buenos y que los malos son los demás: Pearl Harbor, Los vengadores: Civil War, Wonder Woman…

Hoy en día los anuncios son muy comunes en redes sociales, las empresas a publicitar crean cuentas en diversas redes sociales para exponer sus productos y lanzarlos al mercado. Esta manera de publicitarse puede hacerse de dos maneras: a través de tu propia cuenta y generando a partir de tus capacidades el conocido como “engagement” (crear conexión entre tu contenido y las personas que lo ven para que estas estén atentas a lo que subes) o pagar a la red social en cuestión para que tus cuentas salgan en las plataformas de otras personas como sugerencias sin que estas tengan que ver y al azar.

También en redes caemos en los anuncios subliminales: creadores de contenido que suben videos cuidándose la piel con distintos productos que, “mágicamente” son todos de la misma marca y donde estos te consiguen un 20% de descuento para quien utilice su código al comprarlos. Lo mismo que con el cine: crean una necesidad en ti que ellos mismos pueden satisfacer con sus productos. La única diferencia, que la publicidad por cine creaba esa necesidad al igual que las redes, pero no te facilitaba encontrar el producto que buscabas; la ventaja, o desventaja depende de donde se mire, es que esa satisfacción se puede conseguir con un simple clic en un enlace o copiando y pegando la referencia de un vestido en la página publicitada.

Basándose en que todo lo que salga en redes y que el público vea produce una especie de necesidad no satisfecha en la gente, podemos llegar a la conclusión de que cada persona genera una publicidad sin ella saberlo. Es decir: subimos una foto de un plato de comida de un restaurante; a nuestra amiga le ha entrado antojo a partir de tu foto y te pregunta de donde es, tú le respondes y ella una hora después se planta en el restaurante. Ahí le estaríamos haciendo publicidad gratis al restaurante, la misma que le hace a Tarantino alguien con la camiseta de “Red Apple”.

Lo que sí que tenemos claro es que las redes sociales son un altavoz que permite descubrirnos ante el mundo, por esa razón millones de artistas, creadores, artesanos y más utilizan las redes para mostrar su trabajo. Gracias a estas el alcance que tienen es mucho mayor.

Bibliografía:

https://www.openads.es/coca-cola-product-placement-historia-publicidad-cine/

https://www.marketingdirecto.com/marketing-general/publicidad/coca-cola-una-marca-que-hace-anuncios-de-pelicula#:~:text=Durante%20los%20%C3%BAltimos%2080%20a%C3%B1os,Day%20o%20’Mision%20Impossible‘.

https://www.quadis.es/articulos/el-lotus-esprit-de-pretty-woman/251560

Historia de las Nike Cortez: El modelo que no pasa de moda

https://encyclopedia.ushmm.org/content/es/article/nazi-propaganda