2.4.- La televisión en España durante la transición y la democracia

Como cada parte de mi blog, voy a empezar con el momento justo en el que me empezó mi reflexión hacia el tema que trataré.

Soy una chica nacida en Alicante, que ha pasado sus veintidós años en esta ciudad, colegio, instituto, universidad, amigos, fiestas, deporte, toda mi vida la he tenido aquí. ¿Por qué no me siento alicantina al 100%?

Mis padres son de dos pueblecitos, Orihuela del Tremedal, en la provincia de Teruel, por cierto, que si no habéis visitado la Sierra de Albarracín no sé a qué esperáis, es de las zonas más bonitas que tenemos en nuestro país. Y el otro pueblecito, aún más pequeño, 200 habitantes más o menos censados, creo que ni llega, y con la despoblación va disminuyendo, es Alcoroches, de la provincia de Guadalajara, pero está más próximo a Teruel. Dicho esto, mis padres y con ello, toda mi familia y sus vidas están ahí, o parten de ahí. He vivido siempre entre dos comunidades, la mía natal, y la de mis padres. Vacaciones como las de Navidad, Semana Santa o verano me las pasaba enteras allí. Pero fue a partir de los dieciséis, cuando empecé a tener un poco más de autonomía, cuando se empezó a hacer rutina el hacerme casi cada fin de semana 400km para poder ir a mis pueblos los fines de semana, a ver a mis amigos, mi familia, mi pareja de entonces. Entonces, por ello es que me siento mitad y mitad y no tengo un sentimiento pleno como alicantina.

El otro día, viendo la televisión con mi abuela, llegué a la conclusión que con ella solo puedo ver Sálvame (que detesto), o Aragón TV; y me recordad el auténtico Babalà o de Heidi en valenciano. ¿Dónde está la importancia de las televisiones autonómicas?

El origen de la televisión pública en Europa parte del entendimiento del medio como un servicio público y una herramienta cultural y de cohesión social. La televisión pública se entendió como un servicio universal de acceso sin restricciones de la ciudadanía a contenidos de interés general de una manera gratuita e imparcial que contribuyese a la generación de pluralismo, diversidad y expresión democrática.

Antes de la Segunda Guerra Mundial el monopolio televisivo, debido a la pequeña amplitud del espacio radioeléctrico disponible, era de carácter estatal, es decir, a cargo de los intereses del Estado. Como indica la profesora de Derecho Constitucional María Salvador Martínez en “La libertad de la televisión. El modelo alemán”, el nacionalsocialismo hizo un uso propagandístico de la televisión estatal, común también en las fuerzas aliadas.

Al recuperar la soberanía, Alemania reorganiza la radiotelevisión en 1944, de tal forma que garantizase la neutralidad política, la independencia, el pluralismo y la autonomía de la televisión frente al Estado. Nace así la televisión pública en Alemania, similar a la BBC británica.

En 1987 la Unión Europa aborda la regulación de la televisión donde se recoge particularmente “que es esencial que los Estados miembros velen para que no se cometan actos que puedan resultar perjudiciales para la libre circulación y el comercio de las emisiones televisivas o que puedan favorecer la creación de posiciones dominantes que impondrían límites al pluralismo y a la libertad de información televisiva, así como a la información en su conjunto […].”

En España, la televisión estatal comienza sus emisiones regulares tras ocho años de pruebas en 1956 durante el régimen franquista y sirviendo a los intereses del mismo. No es hasta el año 1980 la consagración del carácter público de la televisión española bajo el Estatuto de la Radio y la Televisión por el que el Organismo Autónomo RTVE pasa a ser Ente Público RTVE y se configura la televisión en España como un servicio público esencial.

Las televisiones públicas autonómicas dejaron muy claro que su origen se encuentra en una demanda social; y que ésta sigue existiendo y que continuará en el tiempo ya que nuestra sociedad busca en ellas que se escuche su voz. Ante una oferta de multitud de canales comerciales con escasa presencia de contenidos de proximidad, responsables y con valores y una programación sin vocación de servicio público, las televisiones públicas autonómicas reivindicaron su papel como garantía imprescindible de la telediversidad. Los canales autonómicos son en el momento presente la única alternativa de contenidos de proximidad que se pueden ofrecer al ciudadano en alta calidad.

En 2010 el coste de las TV públicas autonómicas fue de 30,6 € habitante/año. Esta cifra representa alrededor de un 30% menos de lo que desembolsan los europeos por televisiones de características similares. Además, el coste por habitante de las televisiones autonómicas españolas se ha reducido significativamente en los últimos años a consecuencia de la disminución de las aportaciones que reciben de las administraciones autonómicas.

Aun así estas televisiones están consiguiendo mejoras continuas, adaptándose rápidamente a las nuevas circunstancias económicas y al nuevo contexto audiovisual, puesto que, aunque se presupuesto ha disminuido notablemente, han sido capaces de aumentar el servicio que ofrecen a la sociedad con la creación de nuevos canales.

En cuanto a las fuentes de financiación, se debe destacar la importancia de que sigan recibiendo publicidad ya que ello permite reducir la aportación pública a la vez que proporciona el mejor canal efectivo de promoción para muchas pymes.

Las televisiones públicas cumplen su cometido de servicio público. Los datos ponen de relieve que por término medio el 44% de la programación de estos canales fomenta la cohesión social y la pertenencia territorial, el 19% está dedicado a contenidos culturales de la comunidad y a eventos sociales significativos, y el 11% promociona la industria del territorio. En las comunidades con lengua propia, emiten por término medio más del 90% de la programación en dicha lengua, frente al 2,4% que emite TVE y su ausencia en las privadas.

La programación informativa de las primeras cadenas de las televisiones autonómicas prácticamente duplica a la emitida por las televisiones privadas, y la aportación de los informativos a la audiencia total de la cadena es un 80% mayor que en las privadas.

Las televisiones públicas autonómicas son el motor de la industria audiovisual en sus territorios, ya que su aportación tanto de forma directa como inducida (en producción asociada) representa el 19,3% del total de ingresos del sector audiovisual español, que emplea a 13.000 personas. También es destacable que las televisiones autonómicas son, con múltiples ejemplos, generadoras de contenidos, de innovación en la producción y de talento y exportadoras al resto del espectro audiovisual nacional.

Pablo Carrasco, presidente de la federación FORTA, subrayó que las televisiones públicas autonómicas son “necesarias e insustituibles” porque son un servicio público originado en una demanda social, son esenciales para la dinamización de sus territorios de influencia, vertebradoras de la sociedad, grandes impulsoras de la industria audiovisual autonómica y nacional, y están a la vanguardia en innovación y talento.

La Federación de Organismos o Entidades de Radio y Televisión Autonómicos (FORTA), creada en 1989, está integrada actualmente por los Organismos de Radio y Televisión Autonómicos de Andalucía, Cataluña, Madrid, Comunidad Valenciana, Galicia, País Vasco, Canarias, Castilla-La Mancha, Región de Murcia, Aragón, Principado de Asturias e Illes Balears.

Bibliografía:

 

https://www.eldiario.es/andalucia/presiones-politicas-existen-importante-haces_1_2360490.html

 

https://institucionales.us.es/ambitos/audiencia-y-servicio-publico-en-las-televisiones-autonomicas/

 

https://www.cuadernosdeperiodistas.com/tres-decadas-de-televisiones-autonomicas-algo-mas-que-una-crisis-de-financiacion/

 

https://www.cartv.es/sala-de-prensa/las-televisiones-publicas-autonomicas-son-garantia-de-proximidad-diversidad-y-contenidos-de-calidad

 

https://elrincon.tv/television/television-publica-y-democracia/

 

https://prnoticias.com/2011/09/15/pablo-carrasco-garcia-nuevo-presidente-de-la-forta/