4.4.- El videoarte y las artes. Contexto histórico y cultural del nacimiento del videoarte. Evolución: performance, teatro, videoclip.

En esta entrada vamos a hablar sobre la mujer en el videoarte. Pero para ello, ¿qué es el videoarte? Según la Real Academia Española es un movimiento que surgió en la década de los 60 y que consiste en crear manifestaciones artísticas a través de sonidos e imágenes en movimiento. Pero no me quiero quedar con esta simple definición al igual que quiero ir más allá en este mundo del videoarte, concretamente, centrar esta forma de hacer arte en la mujer; es decir, en el arte realizado por mujeres como puede ser el videoarte feminista.

La imagen videográfica como herramienta se lleva a las artes a finales de los 60 dentro del llamado “happening” y la “performance”; en esta fecha, el público llevaba décadas familiarizándose con las imágenes en movimiento gracias a otros medios como es el caso de la televisión. Aquí, aparecen teorías fílmicas de análisis feminista desde donde aparecen los primeros vídeos feministas para oponerse a ciertas normas del mundo cinematográfico y televisivo. Es decir, nace un movimiento feminista con fuerza dando lugar a las creaciones de nuevas formas de entender el mundo y, sobre todo, de hacer ver ese mundo. El videoarte feminista se caracteriza por ser un arte social que muestra las distintas emociones que giran en torno a la vida de las mujeres dentro de un sistema patriarcal como puede ser el caso del miedo, el humor o la angustia. Por tanto, podemos decir que es el arte que da voz a costumbres, deseos y sueños.

El desarrollo del vídeo está unido a la industria televisiva porque esta necesitaba de un soporte de grabación para la difusión no en directo; y por ello, en el año 1956, apareció el primer magnetoscopio que era capaz de grabar la señal de las cámaras. Con este invento se terminó la necesidad del directo y en 1964, Sony y Philips sacaron al mercado los primeros magnetoscopios portátiles a los que muchas personas podían acceder. Cinco años después aparecen unas nuevas cintas de vídeo: U-Matic de ¾ pulgadas y posteriormente, la Betamax y el VHS. Finalmente, a raíz de estos inventos que supusieron una revolución total en estos años para la industria del vídeo, se abrió un nuevo mundo: el digital. A partir del empleo de esta nueva forma de grabar, las nuevas tecnologías sirvieron para que los artistas se volcasen en la experimentación a través de la expresión y cultural de cada época.

Desde finales de esta década, el vídeo comienza a tener importancia para las mujeres, para el feminismo, visto como un medio progresista con el fin de expresar los objetivos políticos, culturales y sociales.

A partir de los años 70, los artistas encontraron en los medios de comunicación un aliado para mostrar aquello que querían hacer llegar a la sociedad en los tres ámbitos que acabamos de comentar.  En el arte feminista de esta década, el cuerpo y la sexualidad fueron dos de los protagonistas clave en esta disciplina. Y, ¿por qué el cuerpo? Este es la unidad mínima que todos y todas tenemos para expresarnos y bueno, con él gesticulamos, pensamos, reaccionamos, bailamos, corremos, dibujamos, trabajamos… Nuestro cuerpo en sí es arte. Por tanto, la realidad corporal funciona como espacio para reflexionar, pensar y liberarnos y por eso, si se observan las obras de videoarte, se puede apreciar que, en la mayoría, se hace empleo del cuerpo como un espacio de comunicación.

El videoarte en España en los años 60 destacó por el empleo del cuerpo como instrumento imprescindible frente al videoarte de los 70 más usado hacia una dirección más constructivista y con fines políticos.

Centrando la mirada en el videoarte para entender un poco más sobre este mundo, se pueden encontrar cuatro grandes grupos:

  1. Happenings y performances. El vídeo se convierte en una manera de documentar a la vez que posibilita al artista a trabajar en un momento diferente al de su exhibición.
  2. Monocanal. Se generalizaron las grabaciones y los artistas que veían del arte conceptual y la performance empezaron a explorar sus posibilidades y esto dio lugar a un gran número de monocanal.
  3. Videoinstalaciones. Una videoinstalación está contextualizada dentro del espacio seleccionado, es decir, está diseñada para el lugar que ocupa.
  4. Videoesculturas o vídeo-objetos. Son monitores y fuentes de vídeo manipuladas para crear repeticiones, variaciones.

Desde los inicios del vídeo, este siempre ha funcionado como herramienta para llegar a la sociedad y, en sus primeros años, era difícil separar lo cultural de lo social por lo que se diferenciaba entre el vídeo como instrumento con fines de activismo político y el videoarte más enfocado en lo artístico.

Dentro del videoarte podemos destacar al grupo Fluxus, cuyo referente artístico era Duchamp y quería recuperar el arte como acto junto a la fusión del arte y la vida a través de los happenings, improvisaciones y conciertos.

Ilustración 1: Fluxus – IDIS

Fluxus se puede definir como un movimiento de las artes visuales pero que también engloba a la literatura y a la música. Su momento álgido fue al inicio de la historia del videoarte, es decir, en los años 60 y los 70. Llegó a proclamarse como el antiarte y muchos de los artistas de este movimiento, destacan en el uso del vídeo y aparatos de televisión en sus obras como puede ser el caso de Yoko Ono o Joseph Beuys.

En cuanto a pioneros en el videoarte podemos encontrar varios nombres como puede ser el caso de Nam June Paik o Wolf Vostell, pero no quiero centrarme en ellos porque muchas veces, y sobre todo en ámbitos de reconocimiento, las mujeres no reciben el mismo valor que a los hombres. Por ello, quiero resaltar nombres que se quedan en la sombra por el simple hecho de no ser un hombre; así que vamos a dar visibilidad a Joan Jonas, una artista visual estadounidense y pionera en el arte de performance y vídeo. En un documental, Jonas cuenta que una de sus primeras preocupaciones era “cómo crear una imagen y cómo alterar la imagen; cómo el medio altera la imagen. Por ejemplo, al estar al aire libre, la distancia altera la imagen y el sonido; y en los vídeos, la forma de encuadrar altera la imagen. Cuando yuxtapones dos imágenes en un espacio físico real, cada una altera la otra a través de nuestra percepción por lo que es una especie de montaje tridimensional”. Otras de las características que se exponen en este documental sobre Jonas es la influencia del teatro nohen sus obras tras viajar a Japón. Este tipo de teatro es una manifestación artística de origen japonés caracterizado por el empleo de máscaras para la interpretación y donde se combina el canto con la danza y el drama. Por tanto, llegó un punto en el que en las obras visuales de Joan J. aparecían máscaras y distintos tipos de vestuario y el empleo de esa danza-teatro tal y como se puede observar en una de las obras que se muestran en dicho documental.

Ilustración 2: Representación de Joan Jonas – RTVE

El videoarte puede ser complicado de entender y visualizar porque siempre tendemos, como seres racionales, a buscar un significado coherente de lo que estamos haciendo y viendo. El tipo de videoarte que hace esta artista, puede llegar a ser confuso y no ser entendido a la primera a ojos de un espectador, pero, cuanto más se observa, se ve la planificación de cada detalle y su relación con cada elemento que aparece en pantalla.

Más nombres de mujeres pioneras en los años 70 podemos destacar a Ana Mendieta con Untiled aka Body Tracks (1974) o Tina Keane con Playpen (1979), entre otras. Pero en el ámbito español, en esta década, el vídeo comienza a emplearse por parte de las artistas conceptuales que ya servían del cine de tipo experimental para así documentar las acciones o explorar la imagen en movimiento; como puede ser el caso de Eugènia Balcells o Fina Miralles.

Pero dejando atrás los años 60 y 70 que es donde surgió esta forma de hacer y expresar el arte, en la actualidad, podemos hablar de Martha Rosler, una artista norteamericana que trabaja en la fotografía, vídeo, escultura, performance… Rosler está presente en los primeros usos de este tipo de vídeo y su objetivo no era entrar en este mundo, sino transformar el sistema que hay “mezclando arte y vida social y haciendo la audiencia y el productor/a intercambiable […] en un esfuerzo de abrir un espacio donde las voces sin voz pudieran ser articuladas”. Porque sí, el arte es una gran herramienta para mostrar aquello que no es que no se vea, sino que no se deja ver; en otras palabras, no se le da voz.

Por tanto, he elegido este tema como última entrada ya que es importante poner especial atención a la realidad social que se construyó y estamos fomentando. Porque aún no se visualiza tanto el trabajo de las mujeres como el de los hombres. Porque el arte no debe tener sexo y para ello, se ha de construir una igualdad de género en este ámbito y en todos y como herramienta, está el arte feminista el cual sirve de apoyo para visualizar las desigualdades existentes en la sociedad.

Referencias

Joan Jonas | Documental rtve: https://www.rtve.es/play/videos/metropolis/metropolis-joan-jonas/3729958/

Ciocnadi, María (2018): Híbridas: el cuerpo de la mujer en el discurso íntimo-urbano

  1. Andrrea (2012): Feminizine
  2. M. Celia (2012): Los inicios del videoarte feminista en España (1970-1980): antecedentes y estado de la cuestión
  3. Carlos: Fluxus https://proyectoidis.org/fluxus/