1.1.- Historia y evolución de los medios audiovisuales (segunda mitad del S.XX y S.XXI)

 ¿Pueden coexistir la lectura y el audiovisual? La pregunta es clara y va a la raíz de un problema que muchos creen se ha generado con la gran expansión del audiovisual. Dicho problema consiste en la paulatina desaparición de la lectura en pos del consumo de contenido audiovisual a destajo. ¿Pero es verdaderamente cierto que la lectura está destinada a quedar solo para los más clásicos que disfrutan con el sonido de las páginas pasando, la borrachera de letras y frases tejidas con mimo por algún buen sastre y el olor del papel en que están escritas?

Lo cierto es que no, desde la aparición del audiovisual allá por los años 20 la lectura y el audiovisual han ido ligados continuamente. Son miles las obras audiovisuales que se apoyan o directamente se basan en cuentos, novelas, cómics y un largo etcétera. Desde Blancanieves y los siete enanitos hasta El señor de los anillos, todas esas historias adaptadas a través del audiovisual con intención de mostrar directamente la historia de un modo más próximo y real posible han trabajado conjuntamente e incluso en muchos casos con el escritor de la propia obra.

Tampoco se puede negar que hoy en día, los cines, los servicios de streaming, plataformas online de vídeo y audio y demás redes sociales restan gran cantidad del tiempo que se podría dedicar perfectamente a la lectura. Destacar tampoco es sencillo y es por eso que la sombra de un mundo en el que la lectura queda relegada a un segundo o incluso un tercer o cuarto plano puede parecer posible para muchos.

Sin embargo, todas esas obras vienen de alguna parte, esas historias no son meramente ideas que algún genio encerrado escupe a las grandes productoras del audiovisual. Como se menciona anteriormente, muchas de ellas vienen inspiradas por la lectura o directamente son una adaptación de esta en otro mundo audiovisual. En muchas ocasiones se crean grandes franquicias desde un simple libro o saga de libros que generan muchísimos ingresos por año, creando películas, más libros a raíz del éxito de su forma audiovisual, merchandising, videojuegos y mucho más.

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Un futuro en el que audiovisual y lectura coexistan y se apoyen no es algo idílico o inimaginable, principalmente porque no hace falta fijar la vista en el futuro para darse cuenta que este concepto explicado tiene ejemplos más que actuales que han derivado de escrito a audiovisual y de audiovisual a una narrativa transmedia. Algunos de estos ejemplos son: Harry Potter, El señor de los anillos, Blade Runner, una infinidad de películas del universo cinematográfico de Marvel inspiradas en sus cómics, multitud de películas basadas en libros de Stephen King, etc.

Es por esto que podemos considerar que el audiovisual y la lectura no tienen por qué vivir separados, es más lógico incluso pensar que a ambos les conviene apoyarse mutuamente. El público más joven está naturalmente más adaptado a las pantallas que al papel por el simple hecho de que han nacido en una época en la que este último está en claro declive, especialmente en lo que a términos informativos se refiere y más aún en un momento en el que cualquiera puede soltar información (cierta o falsa) en cualquier momento o en cualquier red social.

Los libros no mueren, se readaptan a los tiempos actuales en forma digital, ya sea a través de los ebook, los kindle o los libros en pdf que cualquiera puede leer desde su móvil, ordenador, tablet o cualquier otro dispositivo que lo permita. Y no solo de forma visual, en forma de audio también, ya sea a través de podcasts o de cualquier forma posible de reproducción física u online, los audiolibros también están a la orden del día. Son una forma más que eficiente de disfrutar del mundo de la lectura para aquellos que carecen de tiempo o espacio en el que poder leer. En el cine el medio escrito es algo más que esencial, los guiones, las indicaciones, relato, argumento, inspiración narrativa y visual y mucho más hacen del cine lo que conocemos como tal.

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Pero no solo queda resumido en el aspecto cinematográfico, el mundo de los videojuegos también bebe a raudales de la lectura. Aparte de la inmensa cantidad de juegos que se han inspirado en  libros. Un buen ejemplo de esto podría ser el juego Call of Cthulhu, inspirado en las obras de Lovecraft.

Este juego de misterio, terror y aventura recoge perfectamente lo que puede llegar a hacerse partiendo de la base de inspiración escrita. El juego crea un mundo en torno al estilo de escritura del propio Lovecraft, buscando transmitir esa inquietud y miedo que transmitía en su entonces el escritor en sus obras. El estilo visual y narrativo vienen también del mismo lado.

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Puede ser que incluso tengas en tu habitación un póster o alguna figura de algunos de los relatos mencionados. O que incluso estés bebiéndote un café o algo calentito en una taza que lleve estampada la cara de Harry Potter con tu pijama de Spiderman. Hasta este punto puede llegar a tener significado lo mucho a lo que puede llegar la unión entre la lectura y los medios audiovisuales como la radio, la televisión o el cine.

El ser humano desde sus inicios siempre ha buscado contar historias, ya sea para entretenerse o para transmitir información. Y es por esto que los medios para poder contar estas historias se van adaptando a los avances tecnológicos que van surgiendo. Lo que antes significaba salir de casa y andar varias calles hasta llegar a la librería o al quiosco de turno para comprar ese libro que llevabas tiempo buscando porque te dijeron que era muy bueno o ese cómic que tanto te gusta que compras cada semana. Ahora se traduce en un par de clics en una pantalla o ratón para poder llegar de forma más simple.

Así que la respuesta a la pregunta formulada al principio de esta entrada es simple y muy directa. SÍ, pueden y deben coexistir lectura y audiovisual juntos por su bien mutuo y por el bien de las historias y aquellos que las escribieron.

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