5.3. Ciberespacio, cibercultura y medios de comunicación
Espectadores: usuarios/as que usan los medios sociales para buscar información (consulta de posts, música, videos…).
Creadores: los/las que generan el contenido propio y lo difunden (texto, fotos, videos…).
Periodismo ciudadano: movimiento en el que son los propios ciudadanos/as quienes se convierten en informadores/as. Establece que todos los individuos tienen derecho no solo a recibir información y opinión, sino también a difundirla por cualquier medio de expresión.
Antes de entrar en materia es importante conocer los términos y conceptos a tratar para poder indagar y analizar con objetividad. Una vez asentados los conceptos previos se me ocurren algunas preguntas a las que intentaré darles una respuesta; ¿está bien que seamos solo espectadores/as?, pero si todos somos creadores/as ¿quién será el/la espectador/a?, ¿el periodismo ciudadano alcanza la objetividad?
El siglo XXI acoge la era digital. Una era en la que las nuevas tecnologías son las protagonistas, formando parte de nuestra vida casi en cada uno de nuestros pasos. Plataformas para ver películas, el ordenador con acceso a internet, asistentes inteligentes virtuales por voz…y por excelencia el teléfono móvil que utilizamos para casi todo, hasta para relacionarnos. Dentro de estas nuevas tecnologías se puede decir que el Internet ha sido la clave en una revolución donde han cambiado por completo la forma de producir y difundir la información. Gracias a este, los/las espectadores/as han dejado de ser un poco eso para empezar a ser más creadores/as de contenido de esta manera jugando un papel activo en la sociedad. Una herramienta servida en bandeja de plata para poner nuestras opiniones sobre la mesa.
Cabe destacar que debido a la pandemia del coronavirus y las restricciones de movilidad se han disparado los números del consumo audiovisual en muchas vertientes (streaming, películas, series…) hasta tal punto que algunos expertos consideran que está a punto de llegarse a la saturación. Este cambio donde ahora todos los/las espectadores/as son también creadores/as hace que nos preguntemos para quién creamos ahora el contenido si todos somos creadores/as. Los expertos de eMarketer comentan que: “El día solo tiene 24 horas y no hay bastantes espectadores para garantizar que el total de transmisores tenga éxito”.
Donde antes el flujo de información solo iba en un único sentido, de los creadores/as o periodistas a los espectadores/as, que únicamente consumían la información. Ahora funciona en ambas direcciones, donde los espectadores/as reciben la información y opinan mediante redes sociales u otras herramientas, e incluso se informan y crean su propio contenido. Directamente relacionado con esto, en esta era de Internet nace el Periodismo Ciudadano. Este tipo de periodismo, como he explicado antes, es el que aparece en la ciudadanía. Es el que surge en las voces de estos ciudadanos que tienen una opinión y quieren mostrarla. Sin embargo, el Periodismo Ciudadano es un arma de doble filo, al igual que estas nuevas tecnologías. Dichas tecnologías nos han mejorado nuestra vida, dotándola de una calidad superior y sobre todo de comodidad. Puedes hablar con gente que está lejos, favorece la interactividad o incluso ir por la calle y quedar con alguien. También proporciona libertad, pero esta libertad está envenenada. Digo esto porque al mismo tiempo que dichas tecnologías te permiten hacer de todo también permiten que no hayamos sumergido en una sociedad que te proporciona de todo menos libertad. Donde antes nuestros padres salían a la calle a jugar sin ningún tipo de “GPS o localizador” permitiendo que la sociedad respirase ahora llevamos encima siempre el teléfono móvil, con el que si no respondes a tu amigo/a se enfada o a tu madre/padre se preocupa.
Pero volviendo al Periodismo Ciudadano, hijo de las nuevas tecnologías y de Internet, si estos ya presentan ese lado oscuro que hemos desenmascarado antes, dicho periodismo no iba a ser menos. El Periodismo Ciudadano puede llegar a ser un arma muy potente y bueno. Este nos permite alzar la voz y luchar por lo que creemos o ir en contra de lo que nos parece injusto. Conectar a todo un mundo para esas iniciativas o protestas, como el movimiento “#Metoo” que se inició de forma viral en redes sociales con un simple hashtag. O el movimiento internacional “Black Lives Matter”, que al grito de “las vidas de las personas negras importan” muchos países se unieron en contra de la violencia policial sobre las comunidades de personas negras. Sin duda alguna, la sociedad y todos los países necesitan el Periodismo Ciudadano porque tienen voz y derecho a alzarla por las causas que consideren. Pero al mismo tiempo, cuando comentaba el doble filo de este es por la contaminación que se crea en las redes sociales. No debemos olvidar a los verdaderos periodistas que saben cómo documentarse, cómo cribar esa información y la manera de hacerlo llegar a toda la ciudadanía. Porque las nuevas tecnologías también han modulado la forma de trabajar del periodista, trabajando desde cualquier parte, ya que este periodismo digital permite que el relato se reelabore constantemente en función de la evolución del propio acontecimiento y que se difunda al mismo tiempo, es decir, a tiempo real. Esto permite que no solo periodistas informen, y que los periodistas ciudadanos también lo puedan hacer. Así varias versiones de los hechos circulan y se multiplican exponencialmente, generando versiones infinitas de lo acontecido. Y he aquí el peligro. Creerte la primera versión que has leído implica que te creas una información mal informada o carente de documentación y que ello te conduzca a la manipulación. Así mismo, con sus pros y contras, el Periodismo Ciudadano hay que cogerlo con pinzas. Es importante no contaminar las redes sociales, saber cuándo hablar y cómo decirlo. Al igual que informarte y desmentir aquello que no es cierto. No debemos olvidar a los profesionales de la información que, aunque también haya que confirmar dicha información, seguramente estén más en lo cierto que cualquier otra persona.
Creo que todos debemos reflexionar sobre el papel de las nuevas tecnologías y cómo influyen en nuestra vida personal. Yo he hecho la mía, y creo que estas han venido a facilitarnos la vida y no a lo contrario. Por ello creo que el error está en nuestro uso de ellas. Considero que debemos rechazar cualquier tipo de control que nos proporcione ejercer sobre el otro. Ejercer nuestro papel en la sociedad participando en ella; reflexionando y opinando sobre aquello que requiera nuestra atención. Y por supuesto, leer lo que dice la gente, pero también informarte para saber hacer caso omiso ante información manipulada. Una vez escuché: “las tecnologías pueden liberarte o condenarte”, y con el paso de los años creo que lo voy entendiendo porque creo que la clave está en lo que he mencionado antes. Las nuevas tecnologías vienen a hacernos libres y depende de nuestro uso que esto se cumpla o que ocurra lo contrario.
Todos/as somos espectadores/as, también creadores/as y juntos formamos el Periodismo Ciudadano. Yo ya sé qué tipo de espectadora y creadora quiero ser, ¿y tú?
¿Qué es el periodismo ciudadano? Definición y características (iebschool.com)