En la actualidad no sorprende encender la televisión y encontrarse con una mujer presentando un informativo, o retrasmitiendo en directo desde el punto más recóndito del globo terráqueo, o publicando un best-seller detrás de otro… 

Sin embargo, hasta hace unas décadas los hombres acaparaban todo el escaparate mediático relacionado con la comunicación, la literatura, el cine… Esto ha cambiado radicalmente, logrando la inclusión de la mujer en roles que no se les permitía desarrollar por su sexo. 

En este artículo he querido recordar a cinco de las pioneras del periodismo en España, aquellas primeras valientes que alzaron la pluma para expresar lo que muchas callaban. 

Francisca de Aculodi (siglo XVII)

Es considerada la primera mujer que se dedicó al periodismo en el siglo XVII, aunque no obtuvo el mérito internacional, otorgado a la británica Elisabeth Mallet. 

Tras la muerte de su marido, Martín de Huarte, se convirtió en la heredera del título de “Impresora de la Muy Noble y Muy Leal Provincia de Guipúzcoa”. En el año 1683, Francisca fundó y dirigió “Noticias Principales y Verdaderas” en San Sebastián, una revista quincenal que traducía del francés al castellano un periódico belga, al que añadía noticias propias y locales que redactaba ella misma. 

La Universidad del País Vasco (UPV/EHU) creó en 2013 los Premios Francisca de Aculodi, con el único objetivo de impulsar la inclusión de la perspectiva de género en los trabajos de fin de grado. 

Carmen de Burgos Seguí (1867-1932)

También conocida bajo el pseudónimo “Colombine”, es considerada la primera periodista profesional en España por su condición de redactora en “Diario Universal”, además de ser la primera redactora de guerra (Marruecos, 1909). 

Su andadura daría comienzo publicando sus primeros artículos en la revista satírica “Almería Bufa”, dirigida por su marido. Tras separarse de éste, colaboró con el periódico “El Globo” escribiendo una columna titulada “Notas femeninas”, reivindicando el sufragio de la mujer y la inspección en las fábricas obreras. 

También trabajaría en “La Correspondencia de España”, “El Heraldo de Madrid” y “ABC”, diario del que sería la primera redactora. A su gran obra periodística hay que añadir su reconocida obra literaria, que influiría a toda una generación de escritores como Ramón Gómez de la Serna o Federico García Lorca. Además, realizaba conferencias en el ámbito del movimiento feminista, patente en toda su vida con ensayos y novelas tales como “La misión social de la mujer”, “Puñal de claveles” o “La mujer moderna y sus derechos”. 

Carmen de Burgos es una de las primeras defensoras del papel social y cultural de la mujer, luchando por la libertad y la bendición de existir. A pesar de que detestase el término “feminista”, su obra y sus acciones la colocan como toda una pionera. 

“No es la lucha de sexos, ni la enemistad con el hombre, sino que la mujer desea colaborar con él y trabajar a su lado” 

Sofía Guadalupe Pérez Casanova (1861-1958)

Es la primera periodista española que estuvo de corresponsal permanente en un país extranjero, así como corresponsal de guerra. Aun así, sus inicios estarían enfocados en la poesía y los cuentos, por los que, gracias a influencias con la Corte, su talento sería rápidamente reconocido. 

La Primera Guerra Mundial estallaría cuando ella y sus hijas se encontraban en Varsovia. Logró escapar a Rusia y retransmitir todo lo que estaba sucediendo en Europa Oriental, llegando a entrevistar a Trotski. Tras la muerte de Rasputín, fue testigo de la Revolución rusa de 1917, reflejado en sus escritos. Sería herida mientras asistía a una manifestación popular, perdiendo buena parte de la vista; pero jamás dejaría de escribir. Su postura siempre fue pacifista y antibélica, como manifestaría en sus colaboraciones en la prensa en la guerra del Rif y la Semana Trágica de Barcelona. 

En su vuelta a España, fue condecorada con numerosos galardones, siendo una de las favoritas para ostentar al Premio Nobel de Literatura, que acabaría llevándose George Shaw. 

Sofía Casanova fue nombrada miembro de la Real Academia Galega, además de concederle el título de académica de honor. Realizó colaboraciones con grandes medios como “ABC”, “El Mundo y Galicia”, “El Debate” o “Blanco y Negro”, aunque también era demandada a nivel internacional (“Gazeta Polska” y “New York Times”). Ejerció como traductora de grandes literatos polacos. 

Miles de artículos, su producción literaria, narrativa y poética, con más de cuatro colecciones de poesía, cinco novelas, relatos cortos, sus conferencias sobre feminismo, ocho volúmenes de comentarios sociales, culturales y políticos de los personajes más importantes de su tiempo hacen que sea considerada una de las mejores periodistas de nuestro país. 

“Azules son las horas” 

Luisa Genoveva Carnés Caballero (1905-1964)

Irrumpió con fuerza en los círculos literarios madrileños tras publicar su primera obra impresa: “Peregrinos del calvario”. Esto le permitió colaborar activamente con los principales medios de comunicación de la época, como Estampa y Crónica o La Voz, con numerosos cuentos, relatos y reportajes. Su obra más social es “Mujeres obreras”, una 

novela-reportaje que cuenta con experiencias reales de las mujeres trabajadoras de la época. 

A los críticos les impresionaba su madurez estilística, la fuerza de su discurso y sus extraordinarios dotes de observación y detalle. Sus obras eran originales y frescas, otorgándole un interés especial. 

Su labor como periodista en España fue fugaz, puesto que se vería interrumpida por la Guerra Civil, aunque destacó en la prensa madrileña durante la República. Practicó un periodismo de inmersión en aspectos poco conocidos de la realidad, buscando el lado humano y trasladando a sus escritos la respuesta a cuestiones que realmente preocupaban al pueblo. Seguiría escribiendo durante su estancia en México. 

¿Por qué las mujeres se odian entre sí tan terriblemente? 

María Luz Morales Godoy (1889-1980)

Licenciada en Filosofía y Letras en la Universidad Nova, María Luz tenía claro que su futura profesión sería periodista, a pesar de lo poco habitual que resultaba. 

Comenzaría dirigiendo “El hogar y la moda”, pero su inquietud y talento demandaban más, por lo que tras enviar unos ensayos a “La Vanguardia” encontraría un puesto fijo en el periódico más influyente del país. Se hizo cargo de la crítica cinematográfica, género que estaba en vías de desarrollo y era considerado un espectáculo menor. Bajo el pseudónimo de Felipe Centenero firmaría una sección semanal: “Vida cinematográfica”. Era la única mujer en la redacción, lo cual no le achantó y pronto empezaría a firmar con su nombre. 

Tal era su talento que la productora americana Paramount Pictures, tras una entrevista con ella sería contratada como responsable de la asesoría literaria de sus películas, en el auge del cine sonoro, de la traducción y adaptación de los diálogos. A su vez, colaboraba con el diario madrileño “El Sol” en su sección “La mujer, el niño y el hogar”. Paralelamente, seguía escribiendo y publicando cuentos, novelas y poemas bajo la editorial que ella misma dirigía, Ediciones Araluce. 

Con el estallido de la Guerra Civil Española, se convertiría en la primera mujer en asumir la dirección de un periódico de cabecera nacional (“La Vanguardia”), algo más de seis meses. Con la victoria del bando nacional, pasó 40 días encarcelada y estuvo inhabilitada profesionalmente por el franquismo. 

Tras estos oscuros años, mantendría viva su ilusión de escribir para teatro y ver su obra representada en un escenario, lo cual lograría en múltiples ocasiones. Publicaría en “el Diario de Barcelona” hasta su muerte. 

“Yo sólo haré periodismo”