4.3.- El documental. Tipos de documentales. El documental como documento cultural. 

¿Qué co#o está pasando? Es un documental sociocultural escrito y dirigido por Marta Jaenes y Rosa Márquez. En él se cuenta y describe la situación del feminismo en España por medio de entrevistas y declaraciones de mujeres de numerosos campos laborales como el cine, la antropología, el periodismo o el pornográfico. 

El documental comienza hablando del feminismo como un proceso, en el que cada persona que se inicia en él parte desde una base más o menos amplia, con el objetivo de entender y vivir el feminismo en su totalidad. Entendiendo el feminismo como forma de vida para el ser humano, alejándose de los políticos que se consideran a sí mismos feministas con la intención de gustar a sus votantes. Además del caso contrario, aquellos que definen el feminismo como una ideología, dando el feminismo ideológico. Y es que las diferentes mujeres que aparecen en el documental señalan estas cosas como lógicas debido a la enseñanza que han recibido, una enseñanza desde un punto de vista masculino. La historia y el arte se enseña desde una visión patriarcal, y hasta cuando una mujer observa la obra de otra mujer lo hace desde un punto de vista del hombre. 

Trata además temas que se remontan hasta hace siglos y que hoy en día muchas personas siguen pensando así. Me refiero a la frase de Rousseau que se refiere a que las mujeres están en el mundo solamente para complacer a los hombres. De este pensamiento se pueden extraer conclusiones acerca de muchas cosas que parecen cotidianas o normales, por ejemplo, el cine. 

En las películas cuando hay una relación ficticia y el hombre es el ser humano y la mujer es idealizada, siempre suele ser un robot o un ensueño de mujer, pero cuando es al revés, es la mujer quien tiene que buscar la humanidad o el bien dentro de la caracterización del hombre. Este punto se puede llevar a diferentes ámbitos como los gustos de consumo, películas románticas para ellas y de acción para ellos. Y del cine al porno también se aplican estos gustos pues, la pornografía está pensada para el placer varonil y esto crea unas expectativas en los jóvenes que obtienen del porno unas ideas y una educación sexual muy alejada de la realidad. Por eso, se está intentando crear una corriente de porno feminista, o al menos una pornografía pensada para el disfrute de ambos sexos en la que haya igualdad, con una representación inclusiva y un placer correcto. 

Todas estas premisas o conductas están recogidas dentro de lo que sería el machismo. Luego, está el feminismo hegemónico, que es aquel que pone las bases de lo que debería ser el feminismo, o que ponía, pues se está sustituyendo por un feminismo real y que busca verdaderamente la igualdad real por otros caminos, el liberador. Aquel que libera a la mujer del yugo del machismo y hace que evolucione hasta la plenitud de su persona. Aunque encuentra varios inconvenientes o conflictos, como la prostitución. Aunque la mayoría de las mujeres que tienen que ejercer esta profesión estén claramente obligadas o forzadas por temas como la trata de mujeres o simplemente, tener que comer o mantener a su familia, muchas personas ponen el debate de que deberían o son libres para hacer lo que quieran y han elegido ese “trabajo”. 

Las mujeres que se ven obligadas a prostituirse en su mayoría lo hacen como método de supervivencia. Y es que el término supervivencia ya pone límites a la vida como idea. Este concepto acota las libertades y reduce el ejercicio de la vida a uno en el que simplemente se tiene que hacer lo máximo para recibir lo mínimo, y eso no es un trabajo como muchos apuntan que es la prostitución. Además, que lleva consigo un término equivocado. Un trabajo es aquel que se entrega un esfuerzo a cambio de un rédito, bien, en el caso de la prostitución, en teoría, se entrega sexo por dinero. Hasta aquí bien, pero, el sexo implica el placer de la relación, y quién esta recibiendo solo ese placer es el hombre, no la mujer que está obligada a hacerlo durante 16 horas en condiciones que no está en su mano cambiarlas. Partiendo de la base de que el placer no es recíproco, no hay sexo, y si no hay sexo no es un trabajo basado en ese término a cambio de dinero, por lo cual debería ser ilegal. Que, con la excusa de las mafias y la trata de blancas, muchos políticos han intentado legalizar la profesión, con la excusa de la elección de la mujer y de quiénes lo hacen por placer. Cuando la realidad es que “irse de putas” siempre ha sido en España un derecho básico del hombre como liberación de la frustración en la relación con su mujer, y si se prohíbe esa “liberación” se está eliminando un “derecho básico del hombre”. 

De la supuesta elección de la mujer pasamos a otra supuesta elección como es el tema del abuso sexual, pues para muchas personas hoy día en España las víctimas de violaciones lo eligen o lo buscan provocando a los hombres, con diferentes temas como el alcohol o la vestimenta. Pero es que estas premisas se han inculcado desde hace cientos de años con la frase por ejemplo de Rousseau mencionada anteriormente. Las mujeres hacen lo que hacen para buscar provocación y reacción en los hombres, cuando es todo lo contrario. El feminismo defiende la libre elección de la mujer dentro de tener al alcance todas esas opciones, pero en los abusos sexuales las mujeres que según muchos “eligen” ser violadas no tenían otra elección a su alcance. Para que se entienda, si hay 10 opciones, pero a una persona solo le das 1, y esa única es algo horrible, no tendrá más remedio que hacerlo. Además de que la justicia en España está anticuada y no responde a los términos reales de estos casos. Un abuso sexual, es una violación. Un encuentro o resistencia sexual, es violación. Una agresión, también es violación. Y no hay ningún índice de resistencia o placer que haga que estos términos dejen de ser una violación. 

Con el tema de las violaciones y la violencia de género, las personas no involucradas con el feminismo ponen el ojo en: “¿y qué pasa con los hombres?” Por la constante necesidad de atención y la importancia de frenar el avance del feminismo haciendo ver a las personas relacionadas con el movimiento como “malas también”. También con la premisa de “no todos los hombres son machistas”, pero una curiosa reflexión es que, si metes a un hombre a un recinto con 100 serpientes y le dices que no todas son venenosas, sino que solo algunas, lo más probable es que no quiera estar ahí. Pues lo mismo pasa con las mujeres, que mientras siga habiendo “serpientes venenosas” seguirá habiendo inseguridad. Y esto si lo comparas también con otro de los temas en los que se escudan que es el de las denuncias falsas, la presunción de inocencia o la violencia doméstica como algún tiempo de explicación a la violencia de género, tampoco tiene sentido. En primer lugar, solo el 0,01% de las denuncias falsas resultan ser veraces; en segundo lugar, etiquetar como violencia doméstica a aquella en la que la mujer agrede al hombre es incongruente, pues la doméstica como indica su nombre es la que se produce dentro del hogar entre una relación familiar (y no necesariamente entre la pareja), y la de género está motivada por la orientación o identidad sexual de la persona, siendo en el hogar o no. 

Por último, hacen mención del liberalismo y la capacidad de elección y el mérito de los puestos de trabajo en relación con el feminismo. Es imposible que la mujer tenga libertad en el ámbito laboral existiendo ese “techo de cristal” que ignora y menosprecia a las mujeres que están igual de calificadas para un puesto que cualquier hombre. Por lo cual, el liberalismo no es coherente con la situación actual de las mujeres. Por eso el feminismo defiende la igualdad de oportunidades y reconocimiento entre sexos. Hay una infinidad de situaciones machistas que rechazan a la mujer en el trabajo. Desde la vestimenta o el maquillaje, hasta la familia, tanto si tiene hijos no la contratan por el cuidado de estos, hasta como si no los tiene porque los tendrá y habrá que cubrir su baja por maternidad. De esta forma no hay ninguna situación óptima para la mujer, pero esto parte desde la base de que la mujer siempre ha sido la que ha cuidado a la familia y la casa, y en muchas de las relaciones no hay corresponsabilidad, haciendo que el género femenino sea el encargado de las labores del hogar. Además de este difícil acceso a un cargo de trabajo, si se obtiene, las mujeres reciben un 24% menos del salario, y a medida que se escala en la jerarquía de la empresa, la presencia del género femenino va disminuyendo. 

Así, en ¿Qué co#o está pasando? Se pueden ver los diferentes temas en los que el feminismo está intentado lograr la igualdad real entre géneros. También menciona asuntos como el lenguaje de género y el utilizado en los medios de comunicación, en la afinidad de los términos que se utilizan. En definitiva, es un muy buen documental para pararte y reflexionar acerca de las cosas cotidianas de la vida que sabemos que están ahí pero no nos paramos a pensar en el transfondo y de las acciones de la sociedad desde una perspectiva de género.