4.3.- El documental. Tipos de documentales. El documental como documento cultural.

‘Retratos del feminismo’ (Feminists: What were they thinking?) es un documental de la plataforma de streaming Netflix, dirigido por Johanna Demetrakas, y habla sobre el origen del feminismo en Estados Unidos. Ofrece a los espectadores una mirada, documentada, sobre lo que fue el movimiento feminista en la década de los años 70 a través de unos retratos de mujeres que llevó a cabo la fotógrafa Cynthia MacAdams, quien afirmaba que las mujeres habían cambiado a raíz del feminismo.

Antes de entrar de lleno en el documental me gustaría situar y analizar históricamente el feminismo estadounidense. A finales del siglo XIX y principios del XX, las sufragistas se unieron para conseguir el voto y conseguir un cambio en la Constitución estadounidense. A pesar de que la XIX Enmienda no se introdujo a nivel nacional hasta 1920, 3 años antes, varios estados ya habían concedido el voto a las mujeres. Por ello, el presidente Woodrow Wilson tuvo que cambiar la Constitución en 1918 hasta que, el 26 de agosto de 1920, quedaba aprobada la XIX Enmienda de la Constitución donde las mujeres ya podían votar: “El derecho de los ciudadanos de los Estados Unidos al voto no será negado ni limitado por los propios Estados Unidos ni por cualquier estado por razón de sexo”. Es más, en 1917, Montana fue elegida la primera congresista de los Estados Unidos.

El movimiento feminista en los Estados Unidos se consolidó de manera rápida debido a las condiciones socio-políticas y económicas de esta sociedad. El feminismo surgió ligado a los movimientos protestantes de reforma religiosa y estas favorecieron el acceso de las mujeres a niveles básicos como la alfabetización. 

Poco más tarde, apareció el término de ‘la filosofía feminista de la historia’, una filosofía que denunciaba las injusticias que las mujeres, a lo largo de la historia, habían sufrido por el simple hecho de ser mujeres; esto quedó plasmado en el documento oficial de la Declaración de Sentimientos. La I Guerra Mundial fue significativa para dar un empujón al sufragio femenino en los Estados Unidos; en este contexto nació la revista Puck, una tira satírica política.

Las mujeres han luchado desde siempre y, continúan haciéndolo porque es una lucha que no hay que parar, es un tren que, una vez se coge, no debe dejarse escapar. En estos inicios del movimiento feminista en este país podemos destacar algunas figuras como Ruth Bader Ginsburg (a día de hoy es jueza de la Corte Suprema de Justicia), Abigail Addams (esposa de John Addams, segundo presidente de EE.UU.), Elizabeth Cady Stanton (luchadora por el sufragio universal) o Margaret Sanger (llevó a cabo una campaña a favor del control de la natalidad; rechazaba el privarse del sexo como único método anticonceptivo y por ello, en 1921 fundó la Liga Americana por el Control de la Natalidad, con el fin de acabar con la Ley Comstock).

En la década de los 60, en medio de huelgas tanto políticas como económicas, manifestaciones de estudiantes… las mujeres alzaron su voz e irrumpieron en la vida política internacional. Cada vez más eran las mujeres que se iban sumando y con ello, iban apareciendo campañas a favor del derecho al aborto, anticonceptivos, guarderías… Estas, denunciaban el sexismo en varios ámbitos como es el caso de la política, el trabajo, la vida cotidiana o los medios de comunicación. De esta manera surge la “Segunda Ola”, resultado de las transformaciones, concretamente, en las relaciones entre ambos géneros tras la Segunda Guerra Mundial. Pero, al mismo tiempo que todo esto ocurría, también estaba presente la guerra de Vietnam en EE.UU. lo que se convierte en una de las causas por los que los jóvenes luchaban. Incluso en los ghettos negros tienen lugar manifestaciones por la igualdad de derechos y en los 50, tras el boom de la postguerra, numerosas mujeres se incorporan como trabajadoras a las nuevas industrias.

EL FEMINISMO A TRAVÉS DE FOTOGRAFÍAS

El documental de Johanna Demetrakas recoge una serie de imágenes de mujeres, mujeres que se sentían en libertad de ser quienes eran. La fotógrafa Cynthia MacAdams representa en ese álbum la mujer que se reivindicó, aquella que ya no tenía miedo buscando la mayor transparencia posible y mostrando siempre la esencia de cada una de las mujeres.

Cheryl Swannack, artista y productora, aparece en algunas fotografías y afirma reconocerse en una de las fotos donde es ella misma, pero a excepción de un detalle muy claro y característico de la mujer de los años 70: la falda. Las mujeres debían ser ‘femeninas’ y eso conllevaba cruzar las piernas, no mostrar dureza, comportarse como ‘niñas buenas’, llevar falda, jugar a las ‘cocinitas y cuidado del hogar’… Es más, en el documental se muestra cómo las mujeres estaban obligadas a estudiar la asignatura “Economía del hogar”. En estas clases enseñaban a cómo cambiar el pañal de los bebés, a cocinar, lavar los platos… y todas, debían aprender porque… estaban destinadas a servir a sus maridos y niños.

Todas las mujeres a las que se les entrevista en este documental vivieron situaciones de rechazo por la sociedad por el simple hecho de ser mujer e incluso negras. Una de ellas narra el claro ejemplo de rechazo hacia la mujer en el ámbito académico de aquella época. Esta estudiaba en la universidad y, cuando ella y el resto de sus compañeros, varones, levantaban la mano, el maestro nunca le daba la palabra. ¿Enserio por tener genitales diferentes esto significa que tenemos un coeficiente intelectual más bajo? ¿o es que los hombres tienen miedo de ver cómo las mujeres pueden ocupar sus lugares? 

Todos y todas tenemos claro o, defendemos como ley de vida que, cada uno de nosotros tiene una forma de ser y que es libre de ser como quiera, pero esto se queda en unas simples palabras y no se lleva a la realidad. Tanto la mujer como el hombre, desde que nace, ya se le asigna un género (varón o mujer) y desde ese momento, la sociedad te impone ciertos rasgos que, según esta, se supone que son para el sexo masculino y otros para el sexo femenino. Por ejemplo, siempre se ha dicho que las mujeres no pueden mostrar violencia, fortaleza… y que deben de verse bellas, cuidarse, ser políticamente ‘correctas’ y sonreír para que un hombre se fije en ellas. En cambio, el varón es rudo, fuerte, todo un ‘hombretón’ que no le teme a nada y este no puede presentar mostrar signos codificados como débiles (como el llanto o la inseguridad, cosa que sí se relaciona socialmente con la mujer) o incluso rasgos ‘femeninos’. ¿Pero qué es femenino y qué es masculino? ¿Por qué la rabia no puede ser considerada femenina? Podríamos decir que, nuestra cultura y sociedad continúa viviendo bajo la prehistoria donde el hombre era el fuerte y valiente que iba a la caza en busca de alimento mientras que la mujer se quedaba a cargo de los hijos.

Ilustración 2. Mujer enseñando a cómo caminar con falda de tubo del documental

A día de hoy, son muchas las mujeres feministas que salen a las calles en busca de esa igualdad que todavía no existe plenamente. Para erradicar todo esto, situémonos en una situación actual como son las guerras. Aquí, el hombre es el que va al frente para luchar por su pueblo mientras deja a ‘salvo’ a su mujer e hijos. Los hombres son los que empuñan las armas de balas mientras que las mujeres tienden a ser mediadoras, no están dentro de esa guerra, pero porque no está bien visto que la mujer sea agresiva. El hombre lucha en una guerra donde salpican escombros, se escuchan sirenas, y cada bombardeo es una vida perdida pero la mujer es otra guerrera; la mujer lucha en un campo de batalla cruel, sangriento, donde la salida, a veces, también es oscura y arrasa numerosas vidas. Porque la violencia de género también es una batalla de la que no hay que olvidarse.

Otra de las cuestiones que se tratan en esta pieza audiovisual es el tema del aborto. Por mucho que tú (un hombre) prohíbas el interrumpir un embarazo, no significa que las mujeres no vayan a hacerlo. Es más, buscarán las formas de conseguirlo, poniendo en peligro su vida. Se dice que puede que el problema esté en que a los hombres les cuesta aceptar que las mujeres tengan derecho a mandar sobre su propio cuerpo… ¿será porque siempre se ha tratado a la mujer como un objeto que se puede usar, moldear y decidir en él como este quiera? Una de las chicas cuenta que, tras dar a luz a sus dos hijos, decidió no volver a tener ningún hijo más por lo que recurrió al empleo de los anticonceptivos. Para quedarse más tranquila por lo que estaba haciendo, ya que se consideraba pecado, fue a la iglesia, pero el cura no le perdonaba no por no querer tener más hijos, sino por utilizar métodos para impedirlo. Con esto, ¿podemos confirmar que la religión es una de las mayores causas del machismo, de la desigualdad? A pesar de ser la mujer quien da a luz, la decisión de tener hijos seguía, en aquella época, perteneciendo al hombre. “Ninguna religión es feminista, porque en ninguna de ellas a la mujer se le ha reconocido su libertad individual […]. Reencarnarse como mujer en el hinduismo significa que en una vida anterior se falló mucho y hay algo que purgar”, señala Amelia Valcárcel, catedrática de Filosofía Moral y Política de la Universidad Nacional de Educación a Distancia.

Cabe destacar que el feminismo, tanto en Estados Unidos como en otros países, sigue vivo para poder conseguir algún día esa igualdad entre mujeres y hombres porque el feminismo no significa la superioridad de la mujer ante el hombre, solo busca la IGUALDAD. En 2017, en EE.UU., en Washington, tuvo lugar una manifestación multitudinaria contra la misoginia del político Donald Trump. Surgió el lema #MeToo (yo también) en la ciudad de los famosos, Hollywood, la cual ha ido haciendo caer a numerosos famosos en diferentes ámbitos tras ser acusados por abusar sexualmente de las mujeres. El republicano Trump ha sido denunciado por hasta 19 mujeres, pero él, niega todas ellas. Aun así, la cosa no se queda ahí porque los medios han captado sus comentarios en los que deja a la mujer en otro nivel mientras defiende a los hombres acusados por abusos. Por tanto, se puede decir que, a partir de los comentarios y las acciones de Donald Trump, el feminismo en Estados Unidos abrió los ojos desde que este subió al poder y propulsó su lucha hasta el día de hoy.

El documental como medio audiovisual es clave en nuestros días para poder contar historias reales y que llegues al espectador por que sí, vivimos en una cultura y tiempos donde la imagen vale más que la palabra y, si estas van unidas, el mensaje conciencia más a la población. Este documental me parece esencial para todas las mujeres, pero, sobre todo, para aquellas que son feministas porque te atrapa en unas imágenes en blanco y negro y te hace ver cómo ha evolucionado nuestra forma de ser mujer, cómo no podríamos ser quienes somos sin todas aquellas mujeres que decidieron ir en contra de su sociedad y protestaron y lucharon para que hoy, nosotras, podamos votar, llevar pantalones, podamos trabajar… Además, nos enseña a amarnos como mujeres, a adorar y mimar a nuestro cuerpo, porque todas somos bellas y nuestro cuerpo nos pertenece a nosotras y que tenemos que luchar por aquello que queremos, seguir todas unidas hacia ese cambio que está por llegar y no aceptar que “la sociedad nos trate como una clase de segunda”.

Referencias

 

  1. D. Juan Rubio (2019): Quaderns de la Igualtat. Revolucions i moviments de dones
  1. Joan (2018): Trump y el #MeToo propulsan el feminismo en Estados Unidos (El País)

Demetrakas Johanna (2018): Retratos del feminismo (Netflix – documental)

M. A. Sánchez-Vallejo (2009): Sometidas en el nombre de Dios (Mujeres en Red)