5.3 Ciber espacio, ciber cultura y medios de comunicación

Siguiendo con la idea de la entrada de la semana pasada, el partido de fútbol del siglo XXI, ahora voy a hablar de uno de los inventos más más importantes de este deporte, el big data. Aunque realmente no es un invento. Desde los inicios del fútbol siempre se han registrado los datos más importantes. Al principio solo era el resultado, pero poco a poco se iban anotando más cosas. Este apartado se ha ido adaptando a las necesidades de los tiempos.

Después de anotar el resultado, llegaron los cambios. O bueno, el cambio, porque cuando se introdujo esta regla solo se podía hacer uno por equipo. Más adelante ya se introdujeron el resto. En 1992 se introdujeron las tres sustituciones que teníamos hasta hace dos años. Ahora se pueden hacer 5 (6 en caso de prórroga) en tres ‘ventanas’ diferentes del partido. Y, ¿qué es una ventana? Pues son momentos que utilizas para cambiar jugadores a lo largo del partido sin contar el descanso.

Volviendo hacia atrás en el tiempo, en 1974 la International Football Board Association, apuntaba las tarjetas a los jugadores. Amonestación o expulsión. Y ya acabando con los datos, se obtienen también: los tiros, las paradas, córneres, pases… Y después de toda la historia llegamos a 2022, donde cada segundo del juego se estudia a la perfección.

En el fútbol pasan pocas cosas al azar. En años recientes, la aplicación del big data al fútbol se ha convertido en el pan de cada día para los clubs. Cada jugador se monitoriza a la perfección y se realiza un seguimiento exhaustivo para prevenir lesiones y potenciar sus habilidades. Ya hay especializados dentro del staff de los equipos que se encargan únicamente de esto.

La típica figura del entrenador que solo grita a sus jugadores ha pasado a ser un grupo de personas, encabezadas por el míster, que dedican mucho tiempo a dar instrucciones constantes. Tanto desde dentro, como desde fuera del terreno de juego. Por ejemplo, el entrenador del Manchester City, Pep Guardiola, tiene 7 ayudantes personales. Y eso solo contando los que están en el banquillo cada fin de semana. La expresión de cuatro ojos ven más que dos, toma su máximo esplendor aquí.

Las organizaciones del fútbol han sido las grandes impulsoras del big data, permitiendo a los equipos su uso durante el juego. Mientras que, en el campo, un encargado analiza los datos que pasan en directo, otro desde otro lugar del estadio monitoriza y comunica los movimientos de los jugadores. Esta persona, que normalmente está en una posición alta, tiene todos los datos, y comunica la disposición, qué zona son más factibles para llevar el juego, la energía de los jugadores, qué rival es más propenso a determinadas cosas… Como si estuviéramos jugando al FIFA.

Las últimas modificaciones de la IFAB han favorecido el desarrollo de la tecnología, gracias a que los entrenadores pueden estar conectados a sus ayudantes. Como he mencionado antes, gracias a esto muchos banquillos ya tienen ordenadores y pantallas para hacerlo todo más rápido. Desde que pita el árbitro hasta el silbido final, estos encargados lo miran todo. Y como vemos en la foto, la Selección Española de fútbol es uno de los equipos punteros en usar la tecnología. Desde la llegada de Luis Enrique al banquillo, la RFEF ha apostado por mejorar su sistema de datos. Gran parte de los ayudantes del seleccionador son analistas, matemáticos e ingenieros de datos.

Jesús Casas, segundo entrenador de la Selección, durante un partido. Fuente: Marca

El gran cuerpo técnico del entrenador ha confiado en el Big Data. Uno de sus antiguos compañeros, Robert Moreno, no ha sido futbolista ni nada por el estilo. Moreno es un licenciado en comercio internacional, especializado en datos, y su pasión por el deporte siempre ha estado en los banquillos. Por eso, la tecnología ayuda a que sea más accesible llegar a puestos altos.

Volviendo a los técnicos principales, en este vídeo de La Media Inglesa, Marcos Reina explica todo lo que se puede exprimir del BD, porque su uso no se limita, obviamente, a 90 minutos. Los días previos al partido se hace un seguimiento tanto de los rivales como de los propios jugadores para saber quién está mejor, o el futbolista que más rendimiento va a dar. También, y volviendo al inicio, se preparan los cambios. Salvo sorpresa, hay momentos en el que los equipos cambian radicalmente su actitud, y tanto si es tu equipo, o es el rival, el entrenador modifica las fichas necesarias para intentar llevarse la victoria.

LMI también explica que muchos de los fichajes de los equipos de la Premier League se han fraguado gracias a esto. También analizan como el Liverpool se alzó con el título gracias al BD hace dos temporadas.

El big data también hace que las estadísticas sean más comprensibles. LaLiga muestra datos en directo de todo lo que ocurre, y portales especializados dan una visión más amplia del minuto a minuto. Esta organización, junto con Microsoft, ha puesto en marcha LaLiga Beyond Stats, un portal para aficionados donde se resumen los encuentros de la jornada en base a estadísticas y se comparan también los partidos de la siguiente.

Los datos, el big data, las estadísticas o como lo quieran llamar, está dando al fútbol una visión más robotizada. Muchos especialistas están comparando a los jugadores con avatares de un videojuego. Los más puristas dirán que la esencia del fútbol se pierde, pero el BD al servicio del balompié hará que un futuro no muy lejano se confíe más en una máquina que en la experiencia de una persona.