5.3. Ciberespacio, cibercultura y medios de comunicación

Esta nueva y última entrega del blog está dedicada al aislamiento y desconexión que sufren muchas personas, en especial mayores, en una época en la que cada día que pasa Internet ha continuado con sus pasos de gigante. Sin embargo, existe, aunque para muchos cueste creerlo, una población que opta por mantenerse al margen de esta era digital y otra que por más que intente hacerse un hueco, no lo consigue.

Estamos hablando de cómo las personas que nacieron sin conocer estos avances de la tecnología actualmente sufren las consecuencias de no haber nacido “con una tablet bajo el brazo”. Estos, se sienten a menudo inútiles y al margen de una sociedad en la que hacer tu vida cotidiana requiere cada vez más de un manejo correcto de Internet. Además, la digitalización ha alcanzado tal avance que muchas empresas están apostando por sustituir a sus trabajadores por máquinas e incluso robots.

El caso más reciente de denuncia ante este tipo de discriminación hacia el sector de la población más envejecido y con una digitalización de un servicio básico evidente, fue el de Carlos San Juan. Este médico retirado y enfermo de Párkinson denunció las dificultades que los bancos españoles ponen a otras personas que como él no saben manejar aplicaciones que les exigen para retirar su propio dinero. La campaña ‘Soy mayor, no idiota’ que inició causó un revuelo inmediato en la población más envejecida que reclama una atención personalizada y no un servicio en línea que los deshumanice y margine por ser mayores. Consiguió que los bancos prometiesen ofrecer servicios de mayor calidad y la simplificación de sus páginas webs entre otras cosas.

Carlos San Juan responsable de la campaña ‘Soy mayor, no idiota’, realiza una recogida de firmas para conseguir una atención más humanizada en las sucursales bancarias

Durante la pandemia, es cierto que muchos abuelos, abuelas y personas que hasta entonces jamás se habrían imaginado haciendo un “facetime” o videollamada con sus familiares y seres queridos aprendieron lo suficiente para no pasar la cuarentena en la más absoluta soledad. Sin embargo, no todos los que no sucumben a estos avances tecnológicos lo hacen por su desconocimiento, sino más bien como una elección. Tal y como se ha tratado en algunas de las entradas anteriores, Internet no solo ofrece un amplio abanico de posibilidades, sino que también abarca grandes peligros y disminuye tu privacidad. Por ello, incluso personalidades tan reconocidas de Hollywood como Brad Pitt o Scarlett Johansson eligieron vivir su vida al margen de un perfil en redes sociales.

Hay quienes dicen que estar conectado puede desconectarte de ti mismo/a. Dejamos de realizar aficiones, de quedar con amigos, de salir a cenar, a pasear o hacer cualquier cosa por estar siempre “en línea” o “activo” en redes. Otros, aseguran que es más sencillo que te conozcan mediante un perfil, pues uno se siente más cómodo y seguro detrás de una pantalla que siendo examinado por otro estando cara a cara. Pero, como era de esperar, se corren riesgos al elegir sociabilizar en redes.

Queríamos llegar al final de este recorrido sobre los nuevos medios y el ciberespacio habiendo repasado en cada entrega todas las ventajas que estos nos han traído sin olvidar que también puede ser un mundo totalmente desconocido y peligroso cuando no somos conscientes del impacto que puede llegar a tener en nuestras vidas. Internet resulta atractivo y útil para la mayoría de las tareas cotidianas que se llevan a cabo, para visibilizar grandes luchas sociales, promocionar nuestros espacios de trabajo y empresas e incluso vivir de ello mediante nuestra imagen. No obstante, pese a las comodidades, existen detractores que no ven en el mundo digital algo bueno, sino más bien un mundo paralelo que absorbe poco a poco a los usuarios y los mantiene enganchados ajenos a la realidad.

Una vez aquí, cerca del punto final, ¿qué piensan? Lo que es obvio es que quizá estemos hasta en el comienzo del camino de Internet y que este evolucione y evolucione aportando cada vez más cambios a nuestra vida.